Camboya (V): Siem Reap y Angkor Wat (II).

Hoy domingo me he despertado temprano para hacerme otro test de antígenos por si mi certificado cutre covid es puesto en duda en la frontera con Tailandia que parecen ser más exigentes. Me he ido en tuk tuk hasta el “Club Deportivo de la Juventud”, reconvertido en descampado con tiendas de campaña militares y muchas sillas de plástico, en donde me lo han hecho en cinco minutos y me han dado la buena (y esperada) noticia.

Así que una vez hecho el test, me he ido al Banteay Kdei, otro de los templos de Angkor Wat, y allí he esperado a que Anya y Rod llegaran. El plan de hoy era sencillo, hacer el “circuito largo” de templos, moviéndonos entre uno y otro con nuestro tuk tuk (alquilado por todo el día por 18$, a 6$ por cabeza). Para disfrutar Angkor, no hace falta mucho tiempo, con dos días te llevas a casa una experiencia increíble, pero para realmente apreciar cada pequeño rincón del tesoro que es Angkor Wat, harían falta meses enteros.

Algunos de los templos son bastante llanos, y al no ser tan “turísticos” como el Angkor y el Bayon, dan pie a unas fotos espectaculares. Por cierto, si alguien está pensando en visitarlos, la entrada son 37$ por persona y por día, pero para fomentar el turismo, actualmente cada billete es válido ¡por 4 días!

Otros templos son como pirámides aztecas, con escalones altísimos y estrechos, que requieren bastante habilidad para subirlos. Desde luego, para visitar Angkor Wat hace falta bastante energía y cargar con muchos litros de agua.

Otra cosa que no me ha gustado, es que abusan mucho de los turistas los vendedores ambulantes. Piden precios desorbitados por simples botellas de agua y no hablemos ya de que te avasallan para venderte de todo, pañuelos, sombreros, libros, … Por un momento nos sentimos como en una película de zombis, salimos del bar donde estábamos comiendo, y se echaron a correr diez o doce camboyanos hacia nosotros cargando con cuarenta cosas cada uno: “Sir, buy a hat!” “Sir, want to drink?” “Sir, buy me something!”.

No me pude reír más cuando Rod aprovechó mientras nuestro conductor repostaba en un puesto de carretera (sí, se vende gasolina en botellas de jack daniels y de cualquier otra bebida en botella de cristal en muchos sitios) para gastarle una broma pegándose a él y preguntándole: “Sir, want to buy water? Sir, want a hat?”. Rod tiene talento para las bromas, pero aún más para el regateo:

Vendedor: ¿quiere comprar algo?

Rod: ¿cuánto cuesta este sombrero?

Vendedor: 8 dólares.

Rod: Todos no, solo uno.

Vendedor: ¡8 dólares!

Rod: 8 dólares por todos, vale, lo entiendo, ¿pero cuánto cuesta uno?

Vendedor: ¡8 dólares uno solo!

Rod: Anda yaaaaa, si esto te cuesta a ti 2 dólares, te ofrezco 3.

Vendedor: Por ser tú 7 dólares.

Y así terminaba siempre, con ellos bajando poco a poco y consiguiendo algo al 50% como mínimo, a veces incluso más barato. Yo he tomado nota y he conseguido dominar el arte del regateo con sus clases magistrales…

En definitiva, ha sido un día espectacular. Por muchas fotos y videos que os deje, es imposible de compartirlo totalmente con vosotros, pero al menos os haréis una idea:

Un comentario en “Camboya (V): Siem Reap y Angkor Wat (II).

Deja un comentario